En el año 1998, cuando tenía horas de haber cumplido mis dieciocho años, mi padre me dio 24 horas para abandonar nuestra casa. Me entregó un pasaje de avión, algo de dinero y me envió a Dublín por un año. Mes a mes me fue enviando una carta que contenía un anexo.
Quiero compartir con Ustedes estos anexos que son los que me ayudaron a convertirme en la mujer de éxito que soy hoy en día.